La inteligencia artificial está inundando nuestras redes sociales con publicaciones más o menos agradables a la vista. La IA generativa es la responsable de estas producciones. Pueden adoptar la forma de texto, imágenes, sonidos o vídeos.
Los algoritmos crean estas obras utilizando bases de datos. Si quieres pedir una foto de una vaca, se obtiene de la base de datos.
El modo operativo de la IA generativa.
El modelo de funcionamiento de la IA es lo que explica la preocupación de las personas y las empresas que producen contenido original en línea de que éste sea saqueado o utilizado para alimentar a la IA.
Una cascada de demandas para defender a los creadores
Hay un número creciente de demandas. En octubre de 2024, El diario Wall Street o el El New York Post de EE. UU. presentaron una demanda en el Tribunal Federal de Nueva York contra Perplexity AI. Estos tres creadores demandaron a MidJourney, una plataforma de generación de imágenes, en un tribunal de California (Nueva ventana), en 2023. Afirmaron que las plataformas permiten crear obras a voluntad, “al estilo” de estos artistas gracias a indicaciones, incluidos sus nombres. Estos juicios siguen multiplicándose en todo el mundo.
En primer lugar, hay que tener en cuenta todas las obras existentes, que han sido grabadas sin el conocimiento de los creadores en los documentales de las IA que generan arte. Es difícil determinar que una parte de un fresco creado por algoritmos sea obra propia.
Por último, es posible adoptar disposiciones jurídicas y tecnológicas que impidan que las publicaciones en línea sean recogidas automáticamente por autómatas utilizados para la recogida masiva. No se sabe hasta qué punto serán eficaces estas medidas a lo largo del tiempo.
¿Tecnologías para ayudar a los artistas?
Los investigadores de la Universidad de Chicago prometen esto con su software, Glaze (Nueva ventana)Sugieren que los artistas protejan sus creaciones originales sometiéndolas a un algoritmo que alterará imperceptiblemente su obra. Pueden hacerlo cambiando el estilo, algo que no es visible para los ojos humanos.
Se trata de una forma de envenenamiento de modelos. Solo el algoritmo que genera imágenes de IA, que ha sido modificado específicamente para esta imagen, se verá atraído por ella.
No siempre podemos dar por sentado que esta técnica va a funcionar. Estamos viendo una adaptación constante del arma y del escudo, tanto en términos de sus capacidades de defensa como de sus habilidades de ataque. Por lo tanto, esta forma de protección se puede eludir fácilmente con el tiempo.
La inteligencia artificial desnutrida por otras IA
Los estudios han demostrado que el uso de datos de inteligencia artificial para mejorar un modelo de IA conducirá a resultados deficientes.
La rápida degradación de las imágenes producidas por una IA que se alimenta únicamente de producciones creadas artificialmente, como lo demuestra un estudio publicado en julio de 2024 por académicos de la Universidad de Cambridge (Gran Bretaña) y presentado por la revista Naturaleza muestra el impacto en la imagen.
La Universidad Rice, en Estados Unidos, también ha llegado a conclusiones similares. Sus análisis muestran los efectos negativos que pueden tener los resultados basados únicamente en algoritmos.
Todas las artes están expuestas a la ola de IA
Las IA generadas ahora pueden elaborar textos, incluso poesía, e imágenes. También pueden reconstruir voces. El CNRS pudo combinar la voz del general De Gaulle, que no ha sido grabada, con sonidos de animales, fenómenos naturales como el agua que corre o truenos, y crear una nueva versión de su Llamamiento del 18 de junio.
Sitios web como Suno.Ai (Nueva ventana)– Ofrecer elementos contextuales para crear una canción de dos minutos con letra y música personalizadas.
Puedes cambiar la voz del cantante y el estilo (rap, folk, metal…) a tu gusto. Las fórmulas de suscripción te permiten descargar cientos de canciones cada día.
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¿Una reconsideración del enfoque artístico?
La tecnología no impedirá que la gente siga creando. La capacidad productiva de las IA que generan contenidos obliga tanto a los artistas como al público en general a interesarse por cómo se crean esos contenidos. Apreciar las obras con pleno conocimiento de causa.
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