La inteligencia artificial debería recibir un impulso a todos los niveles. Según informa Franceinfo el lunes 11 de noviembre, el ministro de la Función Pública, Guillaume Kasbarian, trabaja para mejorar la inteligencia artificial. Es un macronista histórico y se adhiere al lema “startup nation”. Este amigo cercano de Gabriel Attal está trabajando en un chat GPT a la francesa para el gobierno, con el fin de acelerar los procesos y liberar tiempo a los agentes para “estar aún más en contacto con la gente”, según su entorno.
Acelerar el intercambio de información o la presentación de quejas
Sus equipos tienen una visión muy concreta de cómo facilitar el intercambio de historiales médicos entre hospitales. ¡Algunos establecimientos todavía utilizan el fax! Una segunda idea sería simplificar el proceso de presentación de una denuncia en la comisaría de policía, que no depende directamente del Ministerio de la Función Pública. La inteligencia artificial sería capaz de registrar y transcribir nuestro testimonio mucho más rápido que un policía que escribe todo a mano. La herramienta puede resumir un caso a distancia en tan solo unos minutos.
Las cuestiones de ciberseguridad surgen cuando se comparte información sensible. Pero en privado, el ministro minimiza el problema: "No podemos permitir que las medidas de seguridad se conviertan en un obstáculo para el progreso". Su equipo está formado por expertos en tecnología. Un miembro del equipo asegura a Franceinfo que Francia es capaz de desarrollar sus propios sistemas mucho más seguros, como el chatbot de inteligencia artificial Albert, que puede responder a las preguntas que se le escriben. Está disponible en las casas de servicio francesas. Por ejemplo, si llegas con una pregunta específica sobre tu jubilación, para obtener una respuesta adaptada a tu situación específica, el agente simplemente escribe al chatbot.
Según la información de Franceinfo, Guillaume Kasbarian visitará el país próximamente para tratar este tema. También está intentando convencer a otros ministros, uno a uno: Geneviève Darrieussecq, de Sanidad; Bruno Retailleau, de Interior; Didier Migaud, de Justicia. Se trata de poner coto a la maquinaria administrativa francesa y ahorrar dinero, pero no necesariamente satisfará a los funcionarios, que ya tienen rencor contra el ministro.
Ahora ha convencido a otros ministros de que deberían seguirle.