No se deje engañar por las apariencias: el fraude mediante IA es más frecuente que nunca.

No es un fenómeno nuevo: los primeros en utilizar una nueva tecnología para llevar a cabo sus actividades delictivas suelen ser los delincuentes. La IA no es una excepción. El FBI (la policía federal de EE.UU.) publicó una alerta (Nueva ventana) A finales de 2024, se advierten los riesgos de estafa, de robar dinero, no solo a las empresas, sino también a las personas.

Prevenir para evitar curar

Los fraudes observados por los agentes del gobierno federal son reales. Se está utilizando inteligencia artificial (IA) para crear perfiles creíbles para las redes sociales. Los retratos se crean desde cero y los mensajes se corrigen. Además, están disponibles en varios idiomas. Podemos llegar a un número cada vez mayor de futuros clientes potenciales.

Los textos relevantes e inspiradores inspiran confianza, incluso cuando se ofrecen inversiones en criptomonedas con pseudotestimonios de clientes entusiastas.

También puedes usarlo para chantajear a personas con fotos de carácter íntimo o para presentar víctimas en desastres naturales.

Una mejor versión del mensaje de texto o correo electrónico desesperado firmado por una dirección extraída de nuestra lista de contactos y pidiéndonos que le enviemos dinero inmediatamente para ayudarlo.

Una contraseña con los seres queridos para dar fe de la veracidad del mensaje.

Los resultados de la clonación de voz son muy reales. Se pueden ver en nuestras publicaciones en las redes sociales.

El uso de videos generados algorítmicamente puede ser utilizado para resolver las últimas dudas de un padre preocupado o de un empleado al que un supuesto superior le ha pedido que ejecute urgentemente una orden de traslado. Este modus operandi está llamado a prosperar, tanto que los agentes del FBI ahora recomiendan que todos y cada uno de nosotros establezcamos una contraseña o una redacción secreta acordada de antemano con nuestros seres queridos para establecer que esa es la persona real.

Es una forma extremadamente humana de frustrar el desempeño de la tecnología en manos equivocadas. Incluso en esta era de la IA, el juego del gato y el ratón sigue en marcha.

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